Estoy haciendo muchas cosas a la vez, como la mayoría de todos y todas y no siempre llego a todo.
Mi mensaje de hoy es para enmarcar mejor este blog, que apunta hacia el uso del Teatro social y del Teatro del Oprimido desde el campo del educador social.
En la justificación para el título del blog dejaba claro dicha técnica de trabajo, pero creo que muchos pensasteis que era muy técnico y específico del mundo del teatro profesional.
Pues bien, si he puesto en marcha este blog es precisamente para que todas estas técnicas o metodologías se puedan observar, como una ventana más, como una herramienta más de trabajo de un educador o educadora social. Observar y quien se atreva, poner en práctica.
Por ejemplo, el otro día, estaba trabajando con un grupo de adolescentes, de edades comprendidas entre los 12 y 16 años y propusieron una situación de su día a día. Se trata de un grupo que viene derivado de servicios sociales, donde se ofrece atención a las familias con servicios que previenen situaciones de ruptura social velando para que la familia mejore su situación y la educación y satisfacción de las necesidades de dichas familias.
Un chaval de este grupo propuso una situación teatral en la que un personaje llega cada tarde a casa después del colegio y se pone a estudiar en el comedor donde también está el padre viendo un partido en la televisión. Este personaje no puede concentrarse y finalmente, el día de los exámenes, no lo hace demasiado bien. El padre del personaje cuando ve las notas del hijo se enfada por los malos resultados del trimestre.
Desde esta propuesta escénica, decidiendo quien puede hacer de padre, de hijo o incluso de silla o mesa, el grupo ensaya esta situación; una parte lo muestra y la otra lo observa, de esta forma, los que hacen de público, en un momento dado pueden proponer una nueva situación que mejore la planteada inicialmente, y automáticamente quien la plantea, en lugar de explicarla, la prueba in situ, y los demás pueden ver y vivir si dicha propuesta funciona para una mejor resolución, o hay que probar con otra.
Con este ejercicio de improvisación el grupo está ensayando la vida, se observa desde fuera y a la vez desde dentro. Puede poner en común temas que les preocupan y "actuar" sobre ellos.
Aquí os dejo con esta pequeña muestra de una de tantas posibilidades desde el teatro.
